EN EL AÑO 2005, especialistas en Genética descubrieron el gen humano que controla el temor innato y adquirido. Se denominó Estatmina u Oncoproteína 18. En 15 años se identificaron de forma similar todos los genes que influyen en las principales emociones.
Cerca de una década después, tras una guerra catastrófica que destruyó gran parte de la civilización, la humanidad prometió renunciar a todo lo que había conspirado para su destrucción. De las cenizas surgió un nuevo mundo del que fueron eliminadas las tecnologías avanzadas y las emociones apasionadas que llevaron a su ruina. Un mundo sin odio, sin malicia, sin aflicción, sin ira.
En general, la única emoción que genéticamente se permitió sobrevivir fue el temor. Durante 480 años, reinó la paz perfecta.
Hasta ahora...