Como líderes siempre tenemos cosas que estar haciendo. Vivimos una vida ocupada, y es muy fácil perder la dirección del rumbo que Dios nos delegó. El secreto para llegar a la meta es mantener el enfoque durante la jornada, se requiere de un liderazgo enfocado para ser un líder eficaz. Un líder conforme al corazón de Dios.